Desde su fundación en 1549, Pamplona se constituyó en el centro evangelizador del oriente colombiano y de los Andes Venezolanos, pues paralela a la acción colonizadora se desarrollaba la evangelización de los aborígenes y la organización religiosa de los españoles y de los recién llegados al bautismo.
Así por obra de los Dominicos, Franciscanos y Agustinos van surgiendo las “Doctrinas” en los diversos lugares de evangelización que darán más adelante origen a los pueblos y parroquias. Un extenso territorio estará durante el tiempo de la Colonia bajo la guía del Vicario de Pamplona.
Fundada la Arquidiócesis de Santa Fe de Bogotá, este territorio quedó adscrito a esa jurisdicción eclesiástica y recibió la constante visita de los Arzobispos de Santa Fe. Formó luego Pamplona parte de la Diócesis de Mérida y por ello en la época de la Independencia Monseñor Lasso de la Vega frecuentó la ciudad en donde fundó el Colegio Provincial de San José y el Colegio de Ordenandos que daría origen al Seminario Conciliar.
En los primeros años de la independencia fue madurando la idea de que Pamplona fuera sede episcopal hasta que en el año 1834 el Congreso de Colombia en ejercicio del patronato y mediante decreto solicita la erección de la diócesis de Pamplona.
Como expresión de la benignidad que la Santa sede empieza a mirar al nuevo gobierno de la Nueva Granada el Papa Gregorio XVI acoge benignamente la petición del gobierno de Colombia y erige la diócesis con la Bula Coelestem Agricolam del 25 de septiembre de 1835.
El documento papal asigna para la diócesis cuarenta y cuatro poblaciones: “Pamplona, Girón, Salazar, San Faustino, San José de Cúcuta, Rosario de Cúcuta, Piedecuesta, Bucaramanga, Málaga, La Concepción, Capitanejo, San Miguel, Macaravita, Carcasa, Enciso, Tequia, Servitá, Cerrito, Malagavita, Guaca, San Andrés, Cepitá, los Santos, Floridablanca, Tona, Silos, Cácota de Velazco, Betas, Charta, Cucutilla, Cañaveral, Arboledas, Pedral, Santiago, San Cayetano, Limoncito, Cúcuta, Bochalema, Chinácota, Chopo, Toledo, Labateca y Chitagá, las ciudades y parroquias están circunscritas al norte por el río Sardinata, al occidente y sur los ríos de Sogamoso y Capitanejo y al oriente por el río Táchira y por las montañas que habitan los infieles, hacia la corriente del río Apure”.
La misma Bula nombraba como titular a San Pedro Apóstol y erigía en catedral a la Iglesia mayor de la ciudad, en donde tendría sede el Capítulo Catedral, constituido inicialmente por cuatro capitulares.
De este modo, Pamplona seguía siendo el centro espiritual de esta parte de Colombia.
Virtuosos y meritorios Obispos ejercieron su ministerio episcopal en está Diócesis de Pamplona; los primeros, Jorge Torres Stans y José Luís Niño murieron en el destierro en San Antonio del Táchira (Venezuela).
Los siguientes obispos llevaron a madurez la comunidad diocesana hasta que en el extenso y fructífero pontificado de Monseñor Rafael Afanador iniciado en 1.916, se desprendió de su territorio la diócesis de Bucaramanga por medio de la bula “Cum sit latior” del papa Pío XII del 17 de diciembre de 1952.
Más adelante la Diócesis de Nueva Pamplona, en el año 1.956, fue elevada a la categoría arzobispal y de sus territorios se erigió entonces la Diócesis de San José de Cúcuta. Ocupó la sede como primer Arzobispo Monseñor Bernardo Botero Alvarez.
Actualmente la Arquidiócesis de Pamplona, menguada en su territorio, preside la Provincia Eclesiástica de Nueva Pamplona que tiene como Diócesis sufragáneas a Ocaña, Cúcuta, Arauca y Tibú.
En la conmemoración de estos 170 años de servicio, Pamplona recuerda su nacimiento como Diócesis para poner en las manos de Dios su historia y sus logros y proyectarse hacia el futuro en su vocación de servicio a esta parte de Colombia.
Hace 50 años
Antecedentes y causas de la creación de la provincia de nueva Pamplona.
El proyecto no surgió al acaso. El capitulo de canónigos, secundados por Monseñor Afanador y Cadena, previendo la creación de la diócesis de Bucaramanga (17 de diciembre de 1952) y más tarde, la diócesis de Cúcuta ( 29 de mayo de 1956), avocaron ante el Nuncio Samoré, el problema del arzobispado para Pamplona. El Capítulo no se quedó dormido y llegado el momento se apoyó la creación de la diócesis de Cúcuta y se pidió a la Santa Sede el arzobispado. El Señor Nuncio Paolo Bertoli apoyó el pedido y lo llevó a las manos del Santo Padre Pio XII.
En el comunicado al Señor Nuncio se hablaba de la evolución social de los pueblos, la conveniencia de organizar una nueva Provincia Eclesiástica con territorios de los Santanderes; se hablaba también de los méritos de la ciudad en la vida religiosa colombiana desde las primeras doctrinas, la importancia histórica de esta población que junto a Santa fe, Cartagena y Popayán eran cantera y sillar de la organización cultural y civil de la República. Se recordaba a La Santa Sede que Pamplona había albergado a casi todas las órdenes religiosas actuantes en Europa y que era sede de famosos colegios que atraían numerosos alumnos inclusive de la hermana República de Venezuela. Pamplona tenía el Seminario Diocesano, uno de los mejores del país y la catedral contaba con un Capitulo erigido por Gregorio XVI, con los títulos y prerrogativas que competen a los cabildos de América Latina.
Se recordaba que la Diócesis de Pamplona había engendrado 4 jurisdicciones eclesiásticas: El Vicariato Apostólico del Magdalena, al cual cedió la región de Puerto Wilches (1923) , la diócesis de Bucaramanga, la Prefectura Apostólica de Labateca y la Prelatura Nullius del Catatumbo (1° de agosto de 1951).
La Bula "DUM RERUM"
La Nunciatura Apostólica manifestó que el Santo Padre se dignaba erigir en Colombia la “ Provincia Eclesiástica de Nueva Pamplona”, elevándola a Sede Metropolitana, desmembrándola de la Provincia de Bogotá, con las diócesis sufragáneas de Socorro y San Gil ( 20 de marzo de 1895), Bucaramanga ( 17 de diciembre de 1952), Cúcuta ( 29 de mayo de 1956), y la Prelatura Nullius de Bertrania. Mediante la Bula “DUM RERUM” del 29 de mayo de 1956, Pio XII cristalizaba así, el sueño de los Pamploneses de recuperar en parte, los territorios perdidos con la erección de varias diócesis, siendo capital provincial.
El santo Padre promovió a S.E.R. Monseñor Rafael Afanador y Cadena a la sede arzobispal, titular de Pompeópolis de Cilicia, a Monseñor Bernardo Botero Álvarez, obispo de Santa Marta a la Iglesia Metropolitana de Nueva Pamplona y a Monseñor Norberto Forero y García a la Catedral de Santa Marta.
La posterior erección de la diócesis de Ocaña ( 26 de octubre de 1962) y la creación de la Provincia Eclesiástica de Bucaramanga, le dejaron a Pamplona como sufragáneas, las diócesis de Cúcuta, Ocaña, La Prelatura de Bertrania, a los cuales se agregó el Vicariato Apostólico de Arauca ( 26 de mayo de 1915).
Inauguración del Arzobispado
Aquello fue apoteósico….13, 14 y 15 de agosto de 1956. El 14 fue declarado día cívico por el Teniente Dámaso H. Luna, alcalde de la ciudad. Se ordenó engalanar las casas con bandera y los balcones con flores. A las 4 de la tarde, por entre una abigarrada multitud, entró a la ciudad, Monseñor Bernardo Botero Álvarez. El Señor Gustavo Canal presentó el saludo de bienvenida, horas más tarde, la banda de música Departamental dio una retreta de gala y a las 9 de la noche repicaron las campanas en las parroquias.
El 15, a las 9.30 de la mañana, el Señor Arzobispo fue conducido bajo palio a la catedral por en medio de una calle de honor del ejército y las comunidades, tanto educativas, como religiosas y empresariales.
El Señor Nuncio salió de las Nieves acompañado por el Seminario Mayor y se unió al cortejo en la Catedral. El canónigo Pedro José Ortiz presentó el saludo en la puerta de la Catedral a nombre de los Canónigos y del Clero pamplonés. Ya, dentro del recinto sagrado, el Señor Nuncio, Paolo Bértoli, ordenó la lectura de los documentos Pontificios que declaraban erigida la Arquidiócesis de Nueva Pamplona y el decreto que acreditaba al E. y R. Señor. Bernardo Botero Álvarez como su primer Metropolitano. Terminados estos actos protocolarios se dio inicio a la Primera Misa Pontifical y al final de esta, el TE DEUM. La entrada a las tres naves centrales del templo fue controlada mediante tarjetas, lo cual nos da una idea de la cantidad de feligreses que se apostaban frente a Santa Clara.
A las 8 de la noche el gobernador del Departamento Norte de Santander, ofreció un banquete en el comedor del palacio Arzobispal.
Arzobispos de Nueva Pamplona
Monseñor Bernardo Botero Álvarez, nació en Sonsón, Antioquia el 10 de julio de 1891. Primer arzobispo de Nueva Pamplona, culminó aquí una meritoria carrera sacerdotal y episcopal.
Lazarista de San Vicente de Paúl, trató con sumo cuidado de armonizar la limitación del territorio y la escasez del clero y vocaciones con el resplandor del nuevo título canónico y con excelentes relaciones con los obispos sufragáneos. Murió en Medellín el 28 de junio de 1959.
Continuaron gobernando con lujo de detalles Monseñor Anibal Muñoz Duque (1959-1968), Monseñor Alfredo Rubio Diaz ( 1968-1978),Monseñor Mario Revollo Bravo (1978-1984), Monseñor Rafael Sarmiento Peralta (1985-1994), Monseñor Víctor Manuel López Forero (1994-1998), actual arzobispo de Bucaramanga, Monseñor Rubén Salazar Gómez (1998-1999) actual arzobispo de Barranquilla.
La celebración de las Bodas de Oro de la Arquidiócesis encuentra como Metropolitano a Su Excelencia Reverendísima, Gustavo Martínez Frías, nombrado por Su Santidad Juan Pablo II, el 18 de marzo de 1999 y posesionado en mayo del mismo año.
Información tomada de la Pagina :http://www.arquipamplona.org/contenidos/historia.htm
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